Si JUEGA entonces hay JUERGA

– “Cuando el antecedente es verdadero, entonces su consecuente también es verdadero”. Esto mismo es lo que solía decir Carlos, mi profesor de filosofía al explicarnos la lógica proposicional.

Si eres de los que sabe que el juego produce un poco de jaleo pero a pesar de ello, sigues incorporándolo en el aula, ¡enhorabuena!. Eso significa que conoces todos los beneficios que le aporta el juego al niño. Sabrás que el juego le ayuda a comprender el mundo que le rodea, le enseña a seguir unas reglas, a ser tolerante, a tener respecto hacia sus compañeros y a aumentar la seguridad en uno mismo. Sabrás que le ayuda a desarrollar su creatividad, su inteligencia emocional, su imaginación y a afianzar su personalidad.

El juego es fundamental para el desarrollo integral del niño y es la actividad más importante que tienen que realizar en esa etapa. Jugando los niños se comunican, aprenden la consecuencia de los errores y los aciertos, aprenden a resolver problemas, a relacionarse con los demás y a expresar sus emociones. Además, el juego es un gran estímulo para la atención y la memoria.

¿Recuerdas el día en el que te enseñaron jugando?

¿Cómo te sentiste? ¿Cómo crees que se sentirán tus alumnos si llegas un día a clase y les dices: “Hoy vamos a aprender con un juego educativo”.

Son muchos los expertos que afirman que el juego es garantía de salud física y emocional, por lo tanto no es solo recomendable incorporarlo en el aula, sino que es una necesidad. El juego tiene que llegar al aprendizaje de manera natural y que sea el niño quien lo descubra. Si consigues tener a grandes jugadores en el aula habrás conseguido lo más importante en el aprendizaje de un niño, la implicación. Porque cuando un niño se implica, aprende. La implicación produce emoción en el niño, y la emoción provoca el aprendizaje.

Hace muchos años, analizando el poema de Jorge Manrique “Coplas por la muerte de su padre” en una clase de literatura, Luis, el profesor, nos decía: ¿Por qué utiliza Manrique la palabra “recordar” al principio de su poema? La primera estrofa decía así:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer;
cómo después de acordado
da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

—Jorge Manrique

La palabra recordar proviene del latín “recordare”, y está compuesta por el prefijo “re” (volver a) y la palabra “cor, cordis” (corazón). Recordar significa “volver a pasar por el corazón”. Es decir, el ser humano solamente recuerda aquello que ha pasado por el corazón, lo que le ha emocionado, ahí es donde se encuentra el verdadero aprendizaje. Lo demás, con el tiempo, se olvida.

Haz que tus alumnos te RECUERDEN…

Haz que tus alumnos te recuerden, no por quién eres, sino por lo que les has enseñado, por lo que les has hecho sentir cuando han aprendido. Esta es la mejor recompensa de un maestro, ver cómo sus alumnos agradecen que hayas formado parte de sus vidas.

Ayer mi hija mayor me decía: “mamá, quiero que Marta vuelva a ser mi profesora”. Ahora sé que Marta ha llegado al corazón de mi hija y que la va a recordar como una profesora que le ha hecho reír, jugar, aprender, emocionarse… en definitiva (y lo más importante) una profesora que le ha hecho crecer como persona.

En acugames queremos que los niños aprendan desde el juego, porque creemos en el valor que aporta al aprendizaje y porque queremos formar parte de su desarrollo integral. Si quieres conocer todos los juegos que estamos desarrollando apúntate a nuestra newsletter. ¡Te esperamos!

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