Esta semana nos hemos despertado con una noticia de las que sorprenden desde su titular. El gobierno está preparando un decreto para aprobar una nueva reforma educativa donde cualquier estudiante puede pasar de curso sin tener en cuenta el número de asignaturas suspendidas. Esta reforma otorga a los equipos docentes de Ed. Primaria y Ed. Secundaria la capacidad de decidir si un alumno puede pasar de curso o merece el título de ESO sin estar condicionados por el número de materias suspendidas. El objetivo de esta reforma busca reducir el número de repetidores y alcanzar así los objetivos de desarrollo sostenible por otras vías. ¿Es esta la mejor solución? ¿Tapar el problema para llegar a los objetivos? ¿Por qué no se trabaja en ayudar a los estudiantes que están teniendo problemas para alcanzar los contenidos curriculares de su curso?
La agenda 2030 tiene un propósito muy claro: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Si queremos que nuestros estudiantes no fracasen y no sigan aumentando el porcentaje de abandono escolar, no debemos taparnos los ojos, sino llegar al origen del verdadero problema. La escuela ha de ser para todos, independientemente de su condición o clase, debe ser equitativa, con igualdad de oportunidades para todos, los más aventajados y los más rezagados, y por supuesto nuestros estudiantes deben recibir una educación de calidad.
Educación de calidad
Una educación de calidad es aquella educación integral que forma mejores seres humanos, con valores éticos, y que dota a los estudiantes de los conocimientos, las capacidades y las actitudes básicas y necesarias para desenvolverse en la vida.
Una educación de calidad, además, se preocupa por alcanzar unos resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos. Si queremos que nuestros estudiantes alcancen una educación de calidad hemos de dotarles de oportunidades reales, hemos de enseñarles cuáles son los valores de una sociedad y, sobre todo, hemos de mostrarles cómo conseguir mejorarse como persona.
Como docentes también hemos de ofrecerles los conocimientos que les harán tener la seguridad y valentía suficiente para enfrentarse a los problemas el día de mañana, hemos de potenciar sus capacidades y fomentar las actitudes que le ayudarán en su día a día. En definitiva, hemos de ayudar a que nuestros estudiantes alcancen los resultados de aprendizaje de cada etapa educativa, puesto que ello les hará convertirse en mejores hombres y mujeres para el mañana.
La educación de calidad es saber atender a todos los estudiantes por igual, es saber que cada estudiante tiene un ritmo y un estilo de aprendizaje diferente. Saber cómo llegar a cada uno de nuestros estudiantes es la clave de su éxito, y saber sacar su mejor «yo» es nuestro gran reto. El día que el gobierno, independientemente del partido político que sea, entienda esto, habremos avanzando en conseguir una educación de calidad, estaremos más cerca de lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible y habremos ayudado a reducir el abandono escolar. Eso es ayudar a nuestros estudiantes, a saber: ver el problema y atajarlo, no ver el problema y agravarlo con asignaturas pendientes que no hacen sino aumentar el estrés del nuestro alumnado.
“El éxito de un estudiante es la mejor recompensa de un maestro”. (ACUGames)
En acugames queremos que los niños aprendan desde el juego, porque creemos en el valor que aporta al aprendizaje y porque queremos formar parte de su desarrollo integral.
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